En palabras Kantianas, las personas son fines en sí mismas; qué quiere decir: ninguna persona puede ser tratada como objeto o moneda de cambio, no puede ser instrumentalizada. Disponemos de dignidad como característica básica de seres humanos por ser capaces de elaborar nuestras propias leyes y autorealizarnos.
En contraposición, formamos parte de una cultura que abarca nuestra posición en aquella con tendencia a considerar a las personas como seres incapaces, débiles y carentes de autonomía asemejando al "cliente" con un instrumento cuya limitación es obedecer y reproducir mandatos fomentando la dependencia de la gente hacia los profesionales, aislándose de su comunidad.
Por ello, y buscando huir de esta situación, será necesario la creación de programas y estrategias específica haciendo partícipe al ciudadano y a la comunidad; definiendo junto las metas, necesidades y problemas. Cuya figura profesional promueva salud y facilite recursos a dicha comunidad.
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